Cuatro claves comunicativas de la visita del Papa al Reino Unido
Desde el punto de vista de la estrategia de comunicación – y por tanto, dejando de lado la valoración religiosa, sociológica, etc. – el viaje del Papa al Reino Unido del 16 al 19 de septiembre de 2010, ha sido un rotundo éxito. Los profesionales podemos sacar consecuencias, analizando cuatro claves comunicativas de tan buen resultado.
1.- Una agenda de Matrícula de Honor. El análisis de la programación –secuencia de actos, duración de los mismos, enclave de cada evento – revela dos aspectos muy destacables. En primer lugar, un trabajo concienzudo. Nada hay improvisado. Se ha puesto en valor la dimensión histórica de la visita (primera de un romano pontífice a Gran Bretaña en visita de Estado); se ha sabido aprovechar el momento sensible de las categorías religiosas en Occidente frente al secularismo radical. A partir de ahí, estuvieron los que tenían que estar en los lugares que les correspondía. En segundo lugar, una ejecución irreprochable del plan que no fue alterado, ni por las ocasionales protestas de algunos, ni por la detención de una supuesta célula de seis individuos puestos en libertad sin cargos, días después.
2.- Interés de los mensajes. El Papa ha pasado los mensajes que tenía que pasar. El Papa ha recibido, a su vez, los mensajes que tenía que recibir. Esto último es importante. Comunicación es interrelación: la Reina de Inglaterra, el Primer Ministro, el arzobispo anglicano de Canterbury, los obispos católicos, el pueblo en general y las familias de víctimas de abusos han sido escuchados. También el Papa ha dirigido claros y sin temor los mensajes adecuados a cada público. Por su parte, la organización ha conseguido con inteligencia no hacer relevante lo que es plano (en este caso las diminutas expresiones laicistas de rechazo). Es decir no hagas de altavoz de tu adversario o, en castellano, no des tres cuartos al pregonero. Una muestra de este interés de la comunicación papal está sintetizada en la intervención del “premier” Cameron en la despedida en el aeropuerto, cuando confirmó que la visita del Papa ha supuesto para sus compatriotas una oportunidad para alzarse y reflexionar (“sit up and think”). Solo este resultado comunicativo supera ya las previsiones de los organizadores.
3.- Integración con los públicos. La empatía ha movilizado de forma creciente a la opinión pública hacia posiciones favorables. Efectivamente, no es lo que se ha dicho, sino cómo se ha comportado lo que más ha conmovido a los ingleses. El mix benevolencia del gesto y vigor de lo que se decía, conseguía transmitir y hacer común gran parte de sentimientos y emociones, que son comunicación. Hay mucha soledad que queda acompañada por una sonrisa sincera. Un ejemplo: en el último día de la visita, aniversario de la batalla de Inglaterra, tuvo el obispo de Roma el acierto de condenar la “ideología diabólica” del nazismo y compartir al recuerdo de los héroes británicos. Podía haber callado, pero habló “desde el corazón al corazón”. Y eso une y los titulares de prensa lo han recogido.
4.- “And last, but first”, la credibilidad de la propia persona del Papa. Ser líder es ser como uno es, procurando ser mejor. La humildad, sencillez y calidez de su persona, fueron el mejor fuego para avivar el ánimo, de suyo flemático, de muchos ingleses. La mejor estrategia del Papa aquí, es no haber tenido otra estrategia que ser él mismo. Está entrenado para que la razón pueda sobre la pasión y el prejuicio. Vive el mensaje que anuncia. Y eso lo nota el pueblo y lo notan los periodistas, incluso los distantes o contrarios, que, pasando por encima de mensajes precocinados, han descrito con honradez la verdad sencilla que se exponía ante sus ojos. La puerta de la comunicación sólo se abre desde dentro y la primera llave es la confianza. En términos de comunicación, el éxito mayor de la visita de Benedicto XVI al Reino Unido ha sido la evidencia para los creadores de opinión pública internacional de que el Papa resulta ser un sujeto fiable.
Fiable, empática, interesante y bien trabajada es toda comunicación que pretenda ser efectiva.
And last, but «first»
20
septiembre
2010
Etiquetas: Benedicto XVI, Comunicación Estratégica.