La cifra total de 4.910.200 parados es un tsunami social. Pero no va a ser tirándonos trastos como se camina más rápido. El salto está en la voluntad, cuando ésta abandona la autocompasión y el hastío del rencor o la venganza. Y el camino se hará con pragmatismo, pero con fundamentos sanos, nutridos por las fuentes de la cultura y la educación.
Puede ser que por los libros; puede ser que por los discursos o, quizás por el pensamiento. Pero, sea como sea, un Resurgimiento llama a nuestras puertas.
En un corto lapso de tiempo ascienden hasta las pantallas tres películas que tratan sobre personas, sus vidas y sus emociones. Películas para limpiar las telarañas de la sola superficialidad, cuando no de la bazofia que vemos en
algunas producciones.
“Encontrarás dragones”, el éxito de Roland Joffé, que disecciona para revivirlas las entrañas del perdón y de la compasión, es un poema enérgico de dos vidas en busca de un sentido.
La segunda, “The Company men” ya en los cines, nos pone delante el drama del paro concreto. No la cifra. No la estadística, sino ese drama concreto y personal que afecta a quien lo sufre, a su familia y a los amigos. Una película, como ha escrito Ana Sánchez de la Nieta para FilaSiete, “…correcta, que no pasará a la historia del cine, pero que al menos resulta entretenida y contiene un par de ideas interesantes – que no quiere decir originales- sobre las penosas consecuencias de construir una sociedad únicamente sobre el pilar del dinero”. Pero hay soluciones.
Y la tercera podremos verla en menos de dos semanas, se estrena el 13 de mayo. Nos presenta algo más fuerte que el paro: la enfermedad terminal y el terminarse mismo. Es “Alexia” o la normalidad de intentar de alcanzar la paz última con la épica más silenciosa de una vida desde dentro.
No son tres gotas de sufrimiento: al cine no se va para pasarlo mal. Al contrario: están hechas con emociones para construir la esperanza. Hay esperanza cuando hay sentido. Y en el perdón, y en el paro y aún en el dolor hay sentido: la vida es probablemente el programa mejor diseñado para revivir. En los tres personajes de las tres cintas hay un impulso común: no encerrarse, sino abrirse para buscar la luz. Ellos pudieron, sólo falta que tú quieras y que ayudes a que otros quieran, sobre todo si son líderes. Y dejémonos de tonterías: ir al cine bueno forma parte de un resurgimiento cultural.
José Ángel Domínguez Calatayud