«Un espacio de juego libre es más valioso para el desarrollo cerebral que cualquier exposición a medios electrónicos” (Teinteresa.com 18/10/2011) así se expresa la Asociación Norteamericana de Pediatría (AAP) que acaba de elaborar un informe por el que, por segunda vez (ya lo hizo en 1999), recomienda revisar el hábito de que los niños menores de 2 años vean televisión o permanezcan antes pantallas de forma pasiva. El informe no emite reproche para aquellos juegos (teléfonos, vídeos) en los que el menor interactúa con imágenes o signos en pantallas.
Es notable la afirmación, que podría pasar inadvertida, según la cual, “cuando la televisión está encendida, los padres hablan menos con sus hijos”; y también la siguiente: «hay alguna evidencia científica que muestra que mientras menos tiempo se le dedica a un niño, más pobre es su lenguaje«.
Probablemente algunas de las insuficiencias de vocabulario y la pobre presencia de formas elevadas de trato humano en nuestra sociedad estén bebiendo de un uso irresponsable y desmedido de la tele.
La prohibición que muchos padres se autoimponen de escuchar a sus niños dejando que les hablen impactos visuales de la pantalla, podría estar también invalidando a esas criaturas para tener una adecuada “alfabetidad” visual; estarían convirtiéndoles en minusválidos para la comprensión armónica de lo que verán más adelante en cine y televisión. Es un comportamiento paterno que limita el conocimiento de los niños sobre el hombre y la mujer, sobre el sentido de las propia vida y la contextualización de la misma belleza que a diario les rodea.
Volvamos al principio: dejemos espacio; que gateen y perciban por la piel la dureza y la blandura. Abramos los brazos y, acurrucados, arrullemos a esa pelota de carne. Los rostros de los dibujos ofrecen diseños hermosos que apreciarán si ven el cariño entre papá y mamá, si los olores de la casa les hablan y si el ruido de las llaves de mamá entrando por la puerta es descifrado por sus oídos aprendices.
La Cultura Visual es imparable y podemos con un poco de sensatez hacerla admirable. Life is live.
José Ángel Domínguez Calatayud