Cuando en julio de 2011 la publicación anticonsumista canadiense Adbuster publicó su poster de una bailarina alzándose grácil sobre el lomo del musculoso toro de la escultura que está a las puertas de la Bolsa de Nueva York, empezaba en la costa este de Estados Unidos una forma de protesta por el tipo de política económica y social del actual gobierno. La protesta continua de varias formas, entre las que destaca la performance de una ocupación, acampada incluida, de la plaza cercana a Wall Street. Como escuché hace unos días a un conocido conferenciante, estos ocupantes tienen su estilo y resultan más limpios que los acampados de la primavera madrileña.
Lo que está ocurriendo tiene interés desde el análisis comunicativo. Los propios manifestantes americanos demuestran una creatividad soñada y nunca alcanzada por muchos publicistas. Quizás la razón estriba en que detrás del movimiento yanqui hay unos cuantos expertos en comunicación de creatividad acreditada.
New York Times, señala a uno de ellos, Kalle Lasn, editor de la citada Adbuster, con una larga trayectoria de marketing y publicidad y que está muy sensibilizado sobre los abusos que inundan los mercados. Adbuster puso en marcha el slogan “Everything is fine, keep shopping” que pudo como poster en las paradas de bus. Y la movida sigue.
El SOPA (Sistema de Opiniones Públicas Activas), está, valga la redundancia de lo más activo, y dos o tres continentes revisan sus modelos de crecimiento, y repiensan sus modos de ver la realidad y de expresarse con ellas. No me extrañaría que estemos en el ojo de ese tipo de huracán cultural que luego los historiadores definirán como un cambio de Era, una mutación de paradigma o el nacimiento de una nueva civilización.
Eso parece querer expresar este agitador cuando dice que espira a, “cambiar de alguna manera el equilibrio de poder y transformar el mundo en una forma mucho más popular, de abajo hacia arriba en vez de arriba hacia abajo, mega-impulsado por las empresas del sistema de Wall Street que tenemos ahora”.
A la publicación canadiense que tiene una tirada de 70.000 ejemplares, ya le han nacido pequeños niños, publicaciones locales en Estados Unidos. Kalle Lasn, no empezó el movimiento, sino que, como titula New York Times respecto de la bandera de las marcas (ver foto), ha sabido plasmar una imagen en una marca y ésta no la hacen sólo las palabras. Las ideas hacen marcan, con tal de que sepan tomar forma visible con fuerza atractiva.
Desde luego, personalmente, comparto esta frase suya: “I believe that one of the most powerful things of all is aesthetics”.
José Ángel Domínguez Calatayud