Václav Havel: una luz dentro del túnel

Una enfermedad pulmonar ha acabado con la vida de Václav Havel, protagonista de la llamada Revolución de Terciopelo, tras el derrumbe del Telón de Acero presidió Checoslovaquia y fue el primer presidente de Chequia al ser acordada la separación con Eslovaquia (1993). Pensador profundo, escritor revelador y dramaturgo de corazón herido y mente firme, hubo de dedicar horas a la política desde la disidencia contra el totalitarismo soviético y luego para poner los fundamentos de un Estado europeo miembro de la comunidad internacional y aliado de occidente en la OTAN (Chequia se adhirió en 1999)

Los restos occidentales del apparatchick y de la progresía de redacción, tanto años al constreñido servicio ideológico, nunca perdonaron a este poeta de las últimas fronteras su valiente oposición a los tanques del Pacto de Varsovia en la Primavera de Praga (1968) y su declarada libertad y nunca ocultada fe católica. Desde luego, era mucho equipaje para dejarle pasar con la frente alta por el peaje del diktat. Y menos a un intelectual, este sí de verdad, de los que usan el intelecto.

Frente a esto como ha escrito la BBC,

su gestión fue refrescante y abierta. Algunos dirían excéntrica: en ocasiones recorría su enorme palacio en una moto de niño. Era amante de la música rock y nombró al músico estadounidense Frank Zappa embajador cultural honorario. También era fan de los Rolling Stones.«La vida de Vaclav Havel se parece verdaderamente a una obra de arte», dijo de él su compatriota, el novelista Milan Kundera”.

 

España no se retrasó en otorgar reconocimiento a Václav Havel y pudo recoger en 1997 el Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades que, recibió – ¡que iluminación! – junto con la cadena CNN. Su discurso en este acto es breve (escuchar discurso) pero deja el regusto del buen pastel de arroz: seguiría un saboreándolo horas. Entre otras cosas que afectan a este blog, afirma:

Ciertamente está en la esencia de este Premio el profundizar en la conciencia de que la comunicación no sirve únicamente para transmitir información, sino que también es una forma de encuentro y de entendimiento entre los hombres. En este contexto también comprendo por qué al entregar el Premio Príncipe de Asturias se ha ido dedicando una atención continua al entendimiento entre las etnias, los estados o las diversas partes enfrentadas

Ahora nosotros seguimos en el túnel y no vemos la luz al final. Tocaría oscuridad. Sí, tocaría oscuridad, frío y desorientación, sino fuera porque en este caminar incierto se alzan voces – como de pastor- que nos serenan desde delante – “por aquí va bien”; o que nos prestan su fuerte brazo; o gente como Václav que ellos mismo son luciérnaga gigante capaces de ahuyentar desasosiegos con su sola presencia.

Hoy se ha apagado esa mirada que, siempre realista y amante del mundo en que vivimos de posibilidades globales fantásticas, alertaba:

However, the most dangerous aspect of this global atheistic civilisation is its pride. The pride of someone who is driven by the very logic of his wealth to stop respecting the contribution of nature and our forebears, to stop respecting it on principle and respect it only as a further potential source of profit”. (“Sin embargo, el aspecto más peligroso de esta civilización atea mundial es su orgullo. El orgullo de alguien que está impulsado por la lógica misma de su riqueza a dejar de respetar la contribución de la naturaleza y de nuestros antepasados, a dejar de respetar por principio y respetar sólo como una fuente potencial de beneficios”.(Praga, 10/10/2010, Gala de la Ceremonia de Inauguración del Forum 2000).

Hay luz en el túnel y hay luz en el Cielo. Descanse en Paz un Václav Havel que será “llamado hijo de Dios” (Mt. 5,9)

 

 

 

 

 

 

José Ángel Domínguez Calatayud

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