El último Tweet

Lo q no mata fortalece. Estas contundentes  cinco palabras son las últimas escritas en Twitter por Jorge Martínez Boero, piloto de la moto nº 175, diez horas antes de matarse en la primera etapa del Dakar,  prueba del motor que se celebra en Argentina. Murió en su propia tierra entre Río de la Plata y Santa Rosa, a 55 kms. de la salida.

Copio de Marca que entre participantes, medios información y seguidores casi sesenta, concretamente 57, personas han fallecido en el Dakar “desde que el motociclista Patrick Dodin, primera víctima mortal, perdió la vida en 1979 tras salirse de la pista en Agadés (Niger). Los años más luctuosos fueron 1986, edición en la que murieron siete personas entre ellas el ‘alma mater’ de la prueba, Thierry Sabine, y 1988, en el que fallecieron seis”.

¿No son muchos muertos? Estoy a favor de los deportes; de experimentar los límites de las capacidades humanas, también en su conjunción con medios mecánicos como la Fórmula 1 o sobre las aguas en PowerBoats o las competiciones aeronáuticas. A la vez me produce tristeza esta cadena de muertes sin sentido. No trato hoy de escribir acerca de un especial sentido trágico de la existencia,  ni de mi arraigada consideración del hombre como contenedor de un alma (también, y simultáneamente como un espíritu encarnado), sino de expresar el hondo dolor de un sociedad que se nos muere de verdad porque se niega a dar su valor a la vida humana, igual que hace el demonio.

Porque tendremos  que recordar que entre esos 57 muertos, están las vidas quebradas de reporteros, de once niños y niñas, las de madres camino del mercado o a por agua en Mali, Nigeria o Guinea. También la de un campesino que manejaba una rastrojera en Catamarca (Argentina) y la del propio fundador el rallye París-Dakar, el francés Thierry Sabine (1986) al estrellarse su helicóptero.

Si alguien mata a dos personas al año – esa es, lo siento, la media aproximada de muertes del Dakar – se le clasifica como criminal en serie. Si en una empresa como France Telecom hay tres suicidios se arma una de no te menees en la prensa e interviene la  Sureté. Si en una actividad industrial hay repetidas muertes por intoxicaciones, digamos dos en el último año, se le forma un comité parlamentario.

Sin embargo, si unos profesionales del espectáculo – un circo mediático con olor gasolina y tronar del galope de centenas de caballos por vehículo – mantienen un negocio que ha liquidado casi sesenta personas desde 1979, aquí seguimos transmitiendo por televisión al mundo polvo, locura, arena, saltos, golpes y… de, vez en cuando, cadáveres.

Lo siento, Jorgedescansa en paz; no pretendo corregirte, pero debo decirlo: lo que no te mata te deja vivir y la vida es un inmerecido privilegio.

 

 

 

 

 

José Ángel Domínguez Calatayud

 

Etiquetas: , , .

Los comentarios están cerrados.