Tiempos recios y tiempos de entusiasmo

Repasaba la prensa antes de encarar a “La palabra que queda”, cuando dos noticias, referidas a la profesión de periodista, han impactado en mi mente.

La primera noticia, con espectacular foto del evento, se refería a la gran manifestación ocurrida en Estambul en el quinto aniversario de la muerte violenta del periodista Hrant Dink. Cada año mueren en el mundo decenas de periodistas. Es, definitivamente, una profesión de riesgo en regímenes que no respetan los derecho humanos y, también, en los más desarrollados, donde son eliminados por grupos políticos o cárteles de interés.

La segunda noticia es toda una inmundicia: ofrecen trabajo de periodista sin salario. Denuncia un confidencial el siguiente increíble anuncio: “Nuevo periódico nacional de tirada semanal a partir del 1 de marzo (papel y digital). Invito a incorporarse en régimen de colaborador voluntario (sin retribución). Nuestra línea de máximo compromiso social y excelencia en la comunicación abre un nuevo paradigma en la información”.

Ni es un paradigma ni, con toda probabilidad, tenga nada que ver la buena información. No es un modelo de trabajo, es un modelo de esclavitud. Este anuncio ha sido retirado ya, pero es una vergüenza y, por desgracia publicado en España.

Urge rescatar a la profesión de periodista de donde la están hundiendo, no sólo la crisis y la falta de planificación educativa, sino el comportamiento de los líderes sociales y los ejemplos de algunos profesionales. Corren sí, tiempos recios. “Escribir en Madrid es llorar”, dejó escrito Larra. Y en Sevilla y en Ávila, añado yo.

Pero no es una noche sin amanecer: la llave del entusiasmo por investigar verdades de interés y divulgarlas de manera atractiva está, a mi parecer en alguna de las siguientes palancas:

1º. – Ejercicio ejemplar y abnegado del propio trabajo por los profesionales que ya están en los medios.

2º.- Ejercicio de realismo y reorientación de los estudios universitarios, pues el número de los que salen de las facultades de comunicación desborda las necesidades en su actual diseño.

3º.- Apertura a otros campos de la comunicación a través de los nuevos medios emergentes en Cultura Visual y Civilización de las Pantallas. Por ejemplo, en las Escuelas Superiores Técnicas ¿qué se sabe y con qué profundidad de los criterios y modos estrictamente comunicativos de internet y las redes sociales? O, también en el ámbito de la Iglesia, ¿están cubiertas las necesidades para que sea comprendida en la sociedad y se conozcan y respeten sus valores y principios?

Incluso con la proliferación de redes como Twitter, Tuenti y foros y blogs, la sociedad tendrá que abrir un hueco a periodistas cada vez con mejor criterio en la interpretación de la realidad y que cada vez sabrán más de un tema concreto.

Pero quienes mejor pueden levantar la persiana de la buena información, son sus protagonistas que, sencillamente, tienen que tener protegida su integridad física y su dignidad moral. Una sociedad se define hoy por las verdades que conoce, los valores a los que aspira y la belleza que es capaz de crear con la imagen, con el texto o con la palabra hablada y escuchada como la de esta Radio desde la que, como siempre, les deseo muy buenas tardes.

Nota:  el texto anterior puedo escucharse con mi voz por la  Cadena COPE Sevilla en «La palabra que  queda» del pasado 24 de enero, día de san Francisco de Sales, patrono de periodistas y escritores. La reproducción de escrito como anotación del Blog quiere servir a quienes no lo escucharon. JADC.

José Ángel  Domínguez Calatayud

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