La Belleza: sencilla ilustración

Feliz coincidencia la de hoy. Aunque como los viejos sabuesos policiales no creo en las coincidencias y prefiero ver designios, providencias, incluso serendipitys antes que vulgares casualidades. Lo cierto es que al abrir esta mañana la prensa leo varios textos en busca del acuerdo, la concordia y el buen trato. Hasta la Bolsa prefería abrir hacia verde.

Especial tiempo y subrayado he ded¡cado a la columna «Comentarios reales» de Fernando Iwasaki en ABC de Sevilla (08/02/2012, pág. 14) que, bajo el título «El adversario ilustrado» hace un canto al buen trato en el hablar y en el debatir. Se hace eco el escritor de que «vivimos en la era del insulto, la algarada, el aspaviento, la columna y la grosería«. Pone el dedo en la llaga cuando, con razón denuncia, que «los blogs, los foros y las redes sociales favorecen la multiplicación de agravios más bien anónimos, cuando no de suplantaciones de identidad«. Y concluye en ese tono positivo tan suyo: «y si de lo peor ya estamos bien aviados, ¿por qué no dedicarnos a elogiar lo mejor? Busquemos la excelencia, reconozcamos el talento y alabemos la decencia«.

En el resto del día he podido apreciar en mi derredor gente que alejada de los modos groseros ha prestado ese servicio de belleza que no se obtiene de los estilistas y peluqueros, sino que reparten -tantas veces en silencio oculto y alegre – almas que embellecen la convivencia con un detalle, con un favor, con un trabajo bien rematado hasta el final con el lazo, acaso, de una sonrisa sencilla. Esa es la gente. Y eso podemos ser cada uno en cada momento en gestos que hacen felices a otros.

En esto estaba yo cuando al abrir el mail me salta un mensaje cariñoso desde Roma con un link referido a una actividad que jóvenes universitarios despliegan desde hace un año para reunirse esta primavera en la Ciudad Eterna, bajo el luminoso y amable slogan de Pulchrum: la fuerza de la belleza. ¡Oh la Belleza, qué vibraciones de añoranza y de propósito de convivencia encierra!, como sugería Iwasaki.

Si quieres, amiga lectora, amigo lector, enamorarte de la vida – sí, aún en medio de las penalidades que vierten los titulares -, si deseas pensar en algún horizonte, seguir la huellas de la belleza en el trato humano y comprobar que existe una oportunidad nada despreciable, haz click en este corto vídeo: «La belleza de la amabilidad». Si además eres joven universitario a lo mejor me das las gracias cuando vuelvas de Roma esta primavera. Pues no me las des, dáselas a los otros jóvenes que están abriendo trochas de paz y construyendo puentes de unidad.

Otra vida es posible con la sencilla ilustración de gestos bellos de servicios que sirven, ¿verdad?

 

 

 

 

José Ángel Domínguez Calatayud

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