iPad o la Leyenda del innombrable

JULIETA Mi único enemigo es tu nombre. Tú eres tú, aunque seas un Montesco. ¿Qué es «Montesco» ? Ni mano, ni pie, ni brazo, ni cara, ni parte del cuerpo. ¡Ah, ponte otro nombre! ¿Qué tiene un nombre? Lo que llamamos rosa sería tan fragante con cualquier otro nombre. Si Romeo no se llamase Romeo, conservaría su propia perfección sin ese nombre. Romeo, quítate el nombre y, a cambio de él, que es parte de ti, ¡tómame entera!

ROMEO Te tomo la palabra. Llámame « amor » y volveré a bautizarme: desde hoy nunca más seré Romeo”.

Me he acordado de este fragmento de Romeo y Julieta que William Shakespeare incluye dentro del apasionado Acto II de la más popular de sus tragedias, a raíz del debate muy intenso en las redes por la aparición, sin más nombre, de la nueva iPad. En la presentación de Tim Cook (sucesor de Steve Jobs) los frikies pad-adictos se han quedado de piedra cuando el último artilugio de la empresa nº1 de Syllicon Vallye, se le llama sólo “The New iPad”.

La decepción se ha hecho notar en comentarios como los de ese lector de una edición digital de un periódico nacional español que ironizaba: si este es “The New iPad”, el iPad 2 es ya “The Old iPad” y el iPad 1 es “The Oldest iPad”.

APPLE siempre ha cuidado las presentaciones, rodeándolas de un halo de novedad expectante, misterio iniciático y solemne misa de pontifical, para explotar en el escenario con impactantes imágenes y desvelamientos de avances digitales que sobrecogen a sus devotos e inundan el mercado… al, menos esa parte de mercado que esté dispuesta a desprenderse de 499 dólares o más si se trata de las sucesivas versiones más sofisticadas.

También en los nombres acertó, gracias a ese gusto por lo simple y por una comunicabilidad suavemente hiriente: “i…” que se le “ai…”. La propia compañía se autonombró con la palabra-imagen del  fruto más comúnmente conocido desde aquel incidente del Paraíso: APPLE, Manzana.

Hay todo un mundo más allá del Marketing. En los trabajos de permanecer en la vía alta, donde eres visto como un icono, no es fácil acertar, pues cada guiño es sometido a escrutinio de laboratorio CSI y, ya se sabe que no hay palabra a la que todos prestemos homenaje unánime ni idéntica intensidad de vinculación, ni mujer, ni hermano, ni Madre, ni tan siquiera el nombre de Dios.

En otra vida anterior formaba parte yo de una multinacional con una buena colección de productos y versiones de esos productos en la calle. Es muy difícil imaginarlos, es muy difícil diseñarlos,  planificar su fabricación y hacerlo con calidad; es muy difícil hacer el plan comercial, de formación, de internacionalización y de posicionamiento de cada uno de ellos. Pero donde te la juegas es en la Comunicación que nace en la primera idea (la idea es una palabra) y atraviesa todas esas etapas y, por supuesto, el nombre con el que servirá para representar la dignidad del trabajo bien hecho.

JULIETA Mis oídos apenas han sorbido cien palabras de tu boca y ya te conozco por la voz. ¿No eres Romeo, y además Montesco?

ROMEO No, bella mía, si uno u otro te disgusta”.

(Romeo y Julieta, William Shakespeare, Acto II)

En los próximos días veremos si es Capuleto y se llama Nuevo iPad  (o sea, final de serie) o es Montesco y acaba siendo conocido como iPad 3.

 

 

 

 

 

 

José Ángel Domínguez Calatayud

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