- A new year is starting & is looking good
Uno de los defectos que impide ser líder en plenitud y que suelen evitar los iconos es el de dejar las cosas para después. José Antonio Marina lo describe entre los fallos que nos hacen actuar de manera poco inteligente. La procrastinación gráficamente dibujada en su libro “La inteligencia fracasada- Teoría y práctica de la estupidez” (Anagrama),es esa conducta que nos lleva a posponer sin sentido las acciones que se deben acometer: “el procastinador toma la firme decisión de hacer una cosa mañana, decisión que volverá a ser aplazada con la misma resolución al día siguiente”.
Luego, el autor, hace unas preguntas, como un test del procastinador: pagar recargos por recibos o contribuciones pagadas fuera de plazo; quedarse sin gasolina demasiadas veces; acumulación de correspondencia sin contestar; aguantar molestias diarias por no arreglar un avería y otras acciones parecidas. El filósofo termina esa relación de preguntas con la que dice ¿piensa que las cosas no hay que hacerlas hasta que se puedan hacer perfectas?
Es mucho el bien que omitimos por no hacer nada hasta estar convencidos de que no fallará nada.
Vuelvo a recordar esa escena -que parece de coaching y liderazgo – de “Sólo en Casa 2- Perdido en Nueva York” cuando Kevin McCallister, el niño solo en la Gran Manzana, habla en el parque con la mujer rodeada de palomas – Bird Lady – y ella le explica su soledad por no volver a pasar por el dolor que se sufre con el corazón roto tras un primer amor fracasado.
“Bird Lady: Tengo miedo de que si confío en alguien, me romperá el corazón.
Kevin McCallister: Entiendo. Yo tenía un buen par de patines. Tenía miedo de estropearlos, así que los tenía guardados en una caja. ¿Sabe lo que pasó? Se me quedaron pequeños. Nunca los usé fuera. Sólo en mi habitación un par de veces.
Bird Lady: El corazón y los sentimientos de una persona son muy diferentes a los patines.
Kevin McCallister: Son una especie de la misma cosa. Si no va a usar su corazón, ¿a quién le importa si se rompe ? Si sólo lo guarda para usted, tal vez será como mis patines. Cuando decida intentarlo, va a estar inservible. Usted debe aprovechar la oportunidad. No tiene nada que perder”.
El comienzo de un año, enero, no es un tráiler para vivirlo con temor, como algo que no forma parte de la trama de nuestro tejido vital. No es malo verlo al principio como un tráiler, si nos invita a entrar y convertirnos en protagonistas y participar en el planteamiento, desarrollo y desenlace de nuestro personal drama. Ahora hay tráiler hasta de libros, como el que me llega de la novela “La maquina de escribir” de Ricardo Borrero Gavilán. Sí: un booktrailer es un inicio, un enero que invita a leer el libro, como a usar los patines aunque te caigas un montón de veces, como amar, amar a tope para que el corazón en diciembre, en cada diciembre, no tenga que llorar las lágrimas de la soledad estéril.
Idea fuente: el comienzo es el todo del principio para que haya un final de plenitud
Música que escucho: “All I have to do is dream” Everly Brother, (1960) Mi homenaje póstumo a Phil Everly, fallecido ayer. Descanse en paz.
José Ángel Domínguez Calatayud