Imagen Personal y Valores

Evolucionamos porque la mente nos engaña” titulaba Pilar Quijada entrecomillando unas declaraciones de sus entrevistada, la neurocientífica del Instituto Barrow, Susana Martínez-Conde (ABC, 05/04/2014). Se podría decir que el cerebro, como máquina encargada de procesar miríadas de datos, ha de sintetizar e interpretar de modo casi instantáneo toda la información que le llega. Pero en milisegundos sólo nos da la dosis que somos capaces de digerir que combinamos con la información que ya poseemos. Es un engaño pero no es una mentira. Y si lo fuera sería una mentira piadosa, una inconsciente obra de misericordia con esta naturaleza nuestra literalmente incapaz de comerse de una bocado toda la realidad que ve, todo lo que siente, todo lo que imagina y recuerda.

Realidad virtual

Realidad virtual

En nuestras relaciones personales y profesionales –  y aun en nuestro ratos de soledad – “vivimos en una realidad virtual que genera el cerebro”, como afirma la doctora Martínez Conde.

La importancia de la Imagen tiene en estas investigaciones un nuevo aliado, si es que a estas alturas hay personas que la desprecian.

La visión que el cerebro nos propone antes de la toma de una decisión es la materia prima que edifica cada paso que damos, sea al elegir un coche, alquilar un apartamento en la playa, votar a un político o animar en el estudio a una hija.

Sin embargo, para muchos subsiste la pregunta ¿Imagen o Valores?

Quizás en algunos –fruto de esa realidad virtualmente estructurada – sigue perviviendo una inclinación a rotundas incompatibilidades. Si prefieres la imagen eres superficial, frívolo y con aspiraciones de corto vuelo. Por el contrario, si te inclinas por sólo valores vivirás en un mundo irreal por virtuoso, aislado por utópico y rechazado en un mundo de competencia feroz que se sostiene por lo que pareces y no por lo que eres.

Me inclino a pensar que no hay porqué hacer incompatible lo compatible.

vale sonreír

vale sonreír

Hay un camino para ofrecer de uno mismo una buena imagen personal que puede vivir sin estridencias con el amor al bien y al virtud. Es algo parecido a lo que aprecié cuando en otra vida anterior trabajaba para una multinacional del automóvil: la gran mayoría de opciones de compra eran condicionadas por lo sensible del vehículo (líneas, color, diseño, texturas) y por lo que el cerebro presenta como atractivo (estatus, emulación), pero la fidelidad a la marca, ese pasar de comprador a cliente, ese repetir la experiencia tenía más que ver con la integridad de la empresa, la honradez de directivos y empleados y la calidad demostrada en todos los frentes.

También nosotros como personas podemos hacer que nuestra personal realidad virtual sea una virtud real. Podemos y también debemos.

Idea fuente: Marca Personal crisol de información, virtudes y presentación.

Música que escucho: «Just my imagination» The Cramberries (1999).

140411 Salvamento Marítimo

 

 

 

José Ángel Domínguez Calatayud

 

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