Pantallas para salvar la inteligencia

La Civilización de las Pantallas nos permite generar un producto visual y ponerlo instantáneamente a disposición de millones de usuarios. Una tal capacidad combinada – producción asequible, sencilla distribución y difusión universal – es algo magnífico e inimaginable hace 25 años e impracticable hasta hace un década: Youtube no cumple 10 años hasta el próximo 14 de febrero.
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Pero Youtube no es el contenido, sino el continente. No es el cuadro: es el lienzo y el marco. No es el libro: es el papel, la tinta y las pastas que lo abrigan. Eso no resta importancia al invento, aunque demande la creatividad, la legalidad, la responsabilidad y la sensatez de quien “sube” vídeos, de quienes los vemos y – hola, papás – de quienes tenemos menores a cargo.

The Washington Post, en un artículo de Caitlin Dewey fechado ayer, se entretiene en presentarnos “A comprehensive guide to YouTube’s dumbest and most dangerous teen trends” (“Una guía completa de las tendencias adolescentes más y estúpidas y peligrosas de Youtube”).

Jóvenes ante las pantallas

Jóvenes ante las pantallas

Si bien los testimonios que recoge se refieren a jóvenes de Estados Unidos, no me cabe duda de que por esa capacidad de difusión citada habrán contado en el mundo Internet con otros muchos emuladores.

Y es que precisamente el deseo de provocar la emulación y, probablemente algo de narcisismo, es lo que motiva a los adolescentes que aparecen en los vídeos a hacer y grabarse haciendo – que me perdonen las feministas – lo que en mi infancia se llamaban machadas.

El vídeo que abre boca es el del llamado “Desafío del fuego”. “Consiste en verter alcohol desinfectante sobre uno mismo, prenderse fuego, y apagar el incendio resultante antes de que uno sufra quemaduras de tercer grado y / o queme su casa . Huelga decir que no todo el mundo tiene éxito”. El joven del artículo, natural de Kentucky, de 15 años de edad, hizo su hazaña esta misma semana y sufrió quemaduras de segundo grado.

La autora, quizás como nosotros, se pregunta ¿por qué hacer algo así? La presión del grupo, el deseo de pertenencia social son algunas explicaciones.

En la «guía» de Dewey figuran otros desafíos exhibidos en Youtube y que fueron trending topic, cada uno con expresión de los picos de tweets y una clasificación de su estupidez según el índice 1 (Einstein) a 10 (muerte de la celebridad).

Sólo transcribo este ejemplo, el del conocido como “Reto de la Canela” (The Cinnamon Challenge) – ingerir una cucharada de canela, sin beber agua – que obtuvo un pico en Twitter de 283.576 en enero 2012 y un índice de estupidez 8, cuya peligrosidad por nauseas, vómitos, posibles casos de enfisema pulmonar y hasta un caso de atelectasia pulmonar originó 120 llamadas de emergencia a los centros de toxicología de Estados Unidos entre enero y marzo de ese año.

The Cinnamon Challenge

The Cinnamon Challenge

Si sus necesidades y las de los suyos en materia de uso inteligente de las pantallas no están requiriendo acceder a MiríadaX, la MOOC (Massive Open Online Courses) del Banco de Santander y Telefónica recientemente presentada en Río de Janeiro para universitarios hace tres días, puede acceder e invitar a otros a alguna de las muchas y buenas guías que hay para el común de los mortales que tenemos deseo más sencillos que el suicidarnos.

En este sentido me parece paradigmática, práctica y llena de sabiduría la Guía Audiovisual iCmedia que publica periódicamente en su web esta Federación de Asociaciones de Consumidores y Usuarios de Medios. Es una buena alternativa. También para el verano.

Idea fuente: atender las necesidades de la familias y sus jóvenes en materia audiovisual.

Música que escucho: «I Don´t wanna to miss a thing«, Aerosmith (1997)

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José Ángel Domínguez Calatayud

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