For your eyes only, can see me through the night
For your eyes only, I never need to hide
(For your eyes only, Easton)
Escribo en España. Leo en un periódico (ABC de Sevilla, 13/08/2015) que los tres programas más visto del 11 de agosto son los tres de fútbol, los tres del mismo partido y los tres de la misma cadena: Antena 3: Prórroga Supercopa, 5.673.000 espectadores; Supercopa Barcelona-Sevilla, 3.906.000 espectadores, Y Post Supercopa, 3.719.000 espectadores.
Esa cadena es la más vista del día con un cuota de pantalla del 18,6 %. La siguen la cadena Telecinco (13,6%), Cuatro (7,7%), La 1 (7,3%) y La Sexta 5,4%.
Si vemos la misma información referida a meses anteriores, los datos sobre cadena más vista se invierten, y también se reducen las diferencias entre las dos primeros:
Mes Telecinco Antena 3
Julio 2015 14,6 12,6
Junio 2015 15,2 13,1
Mayo 2015 15,4 13,0
(Fuente Barlovento Comunicación)
Lo anterior no es más que un botón de muestra sobre los hábitos de consumo de televisión en nuestro país. Tan es así que resulta fácil predecir que quien tiene el fútbol de Primera División en su parrilla tendrá los mejores beneficios. Por eso es obvio que los responsable de las cadenas pujen por hacerse con los derechos de transmisión del fútbol. Con esos derechos pueden revender partidos, sus resúmenes y, desde luego, acaparar minutos de publicidad.
Pero hay cosas menos evidentes, realidades que incluso las encuestas sobre programas más vistos no detectan y que, por tanto no desvelan.
Conozco personas, profesionales de la comunicación deportiva, que mentalmente excluyen al fútbol de los programas deportivos. Para ellos el fútbol que se da por televisión no es deporte o, al menos, es algo diferente al deporte. Desde luego el partido entre el Barcelona y el Sevilla fue un colosal espectáculo de ejercicio y de tácticas, pero también de pirotecnia, de movilización de masas y de ignición de emociones.
Otra cuestión que podemos plantearnos se refiere a la gente que ve los programas más vistos, excluido el fútbol. Si usted pregunta a la gente qué programa les gusta más, rara vez nombrarán a uno de los llamados “programas del corazón”. No es extraño incluso que citen como preferida La 2, y sus documentales sobre Naturaleza. Pero uno va a los datos de audiencia e invariablemente aparecen en cabeza los programas de corazón (o mejor, de otra parte de la anatomía humana), y los reality más vulgares.
Por último, no es difícil encontrarse con gente, normalmente muy al día y con un elevado nivel cultural, que desprecia la televisión. “Yo no la veo” te dicen algunos con desdén. Es su preferencia y están en su derecho. Sin embargo, la realidad es que un día entre semana cualquiera programas como “Sálvame” tienen audiencias del 19,5% y 1.740.000 espectadores o series nacionales como “El secreto de Puente Viejo” superan al 17% de share con 1.700.000 espectadores. No parecen cantidades despreciables.
Y no parece despreciable por que lo que todos esos millones de ojos ven, anida en su mente, condiciona sus pensamiento, sus palabras, su conducta y su carácter. Sí, también su voto y esto lo saben bien los Gobiernos que, digámoslo suavemente, tienen mano en sus cadenas públicas.
Pero, insisto: me parece que es bueno saber – y actuar en consecuencia – que:
1.- Cada español ve de media cerca de 4 horas de televisión diarias; En 2014 fueron 239 minutos (Fuente: Barlovento Comunicación, Análisis televisivo 2014)
2.- Que un programa como “Supervivientes” pueden llegar a verlo 3.437.000 personas.
3.- Lo que se ve –y se oye – construye gran parte del pensamiento.Y de lo que se piensa se habla; y de ambos se crean estados de opinión.
A nadie debería, pues, extrañar el apoyo que tienen la cultura de la muerte, o ahora los antitaurinos, los nacionalismos, la banalización de la familia y en general la extensión de un cierto desprecio al mérito y al trabajo bien hecho.
Hay solución: apoyar a los profesionales de la imagen; capacitar a las familias para que, con un espíritu valiente y una inteligencia despierta, puedan posicionarse ante lo que ven; estimular en los jóvenes la sana – e informada – crítica constructiva.
En definitiva lograr, en la medida de nuestras posibilidades, proteger la Cultura y el Ingenio en origen. A cada uno toca traducir a los medios audiovisuales aquel lema de la gran publicación de humor que fue La Codorniz, que decía de sí misma: “La revista más audaz para el lector más inteligente”.
Idea fuente: a la Sociedad corresponde proteger la Cultura y el Ingenio en origen.
Música que es escucho: For Your Eyes Only, Sheena Easton (1981); Oscar a la mejor canción.
José Ángel Domínguez Calatayud