It must be hard to know that we’ll never be the same
It must be hard to take this honored leap of faith
Let’s not lose our way, let’s not wait to say
How we feel inside
Falling in Love, Taio Cruz
Fue Melanie Trump la que escandalizó con el mensaje en su cazadora. Desde luego en aquel contexto sonaba brutal. Eran los días de lágrimas y gemidos de niños clamando por sus padres de quienes los habían separado en aplicación de directrices sobre inmigración. El texto a brochazos blancos sobre el verde caqui decía “En realidad no me importa. ¿Y a ti?”.
Aquel “Really don’t care, do U?” según su portavoz, Stephanie Grisham, no iba dirigido a los emigrantes. Donald Trump, el presidente, confirmaba con un tuit que la puya iba dirigido a los medios que emiten fake news.
Además como luego se supo con más detalle esa prenda nunca salió de la aeronave presidencial mientras las primera dama pisaba suelo tejano en su visita a los menores.
“Melania llevaba puesta esa prenda cuando embarcó en su avión a las afueras de Washington para dirigirse a Texas, y también cuando descendió de la aeronave a la vuelta y se dirigió a la Casa Blanca, según captaron los fotógrafos presentes.
La primera dama no llevó la gabardina durante su visita a McAllen (Texas), donde visitó un centro de detención temporal para menores inmigrantes y otras instalaciones gestionadas por la Patrulla Fronteriza en esa localidad”, informaba El Periódico.
Ciertamente no fue acertado vestir aquella chaqueta justo aquel día. Zara que se la vendió tiene otras más oportunas que podía haberse puesto para la ocasión. Pues Melanie y sus asesores de comunicación tenían que conocer que entre las patologías de la comunicación política están las malas artes, la manipulación, las “exigencias del guión” preescrito en la mente del adversario, sea este un rival de partido o un periodista.
Debidamente – mejor indebidamente – manejada una peca política puede convertirse en un tumor. Un errata en ignorancia. Un beso en un amante. Unos ojos cerrados en perezosa siesta. Una chaqueta en una afrenta.
Por ejemplo, si uno piensa que la prensa canalla le tiene inquina podría vestir una camiseta planteando de cara la cuestión. Podría servir ésta que encontré días atrás en otro Zara en un centro comercial portugués.
Y de vuelta a la Casa Blanca, regalar a su responsable de comunicación una bonita libreta de azul con un sugerente mensaje en letras blancas.
Para ti y para mí que ya tenemos unos años y que miramos un horizonte al que aspiramos largo, ancho e interminablemente bello, nos bastaría hacer propia la aspiración de otro texto en otra camiseta:
Idea fuente: Comunicación, texto y contexto
Música que escucho: Falling In Love, Taio Cruz (2009)