Periodismo o envoltorio

Don't give up
You know it's never been easy
Don't give up
Cause I believe there's a place
There's a place where we belong
(Don't give up, Peter Gabriel)

«Nuestra audiencia nunca ha sido más grande de lo que es ahora. Tenemos más personas que leen el Atlanta Journal-Constitution que en cualquier otro momento de nuestra historia». Esto lo declaraba Kevin Reilly en el Comité Judicial de la Cámara de representantes de los Estados Unidos, presidido por el demócrata David Cicilline.

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El editor del Atlanta Journal-Constitution continuó su argumentación diciendo que muchos de los que forman parte de ese número récord de lectores no estaban pagando por tal privilegio, sino que estaban viendo el Journal-Constitution en otros sitios: Google, Facebook. «Si otros – añadió – vuelven a empaquetar nuestro periodismo y ganan dinero con él,  y nada de ese dinero, sin embargo, retorna al periódico local, lo que hacen es cargarse la próxima historia o hacer más desafiante exponer el próximo escándalo».

«Si ese ciclo continúa indefinidamente, el periodismo local de calidad se marchitará lentamente y, al final, dejará de existir» concluyó Kevin Reilly.

Jeffrey Toobin, autor del artículo (The House Judiciary Committee Considers Antitrust Law, the Tech Giants, and the Future of News, The Newyorker, 14/06/2019) califica de “terrible estado de cosas” las descritas por este testigo que resume:  “en otras palabras, las crónicas de los periódicos se publican y leen en Google y Facebook, y esas empresas, no los periódicos, obtienen los ingresos de la publicidad”.

Los números de la factura publicitaria no por conocidos son menos impactantes.

“Como señaló Cicilline, de 2006 a 2017 los ingresos publicitarios en la industria de los periódicos cayeron en picado de cuarenta y nueve mil millones de dólares a 15.6 mil millones”.

El Congreso de los Estados Unidos y también las autoridades comunitarias europeas se hayan sumergidas en este debate acerca del reparto justo de la retribución de los esfuerzos informativos: profesionales del periodismo y empresas de información de una lado; de otro las grandes tecnológicas de la búsqueda y navegación veloz por Internet.

En una Tercera de ABC (“TECNOLÓGICAS CONTRA LA DEMOCRACIA«, ABC, Sábado, 15/06/2019, pág. 3), Miguel Henríquez Otero, presidente editor de “El Nacional de Caracas, acentúa el rasgo de alarma acerca de los navegadores en esos conglomerados on line: “como resultado del alto tráfico de usuarios por sus páginas –en Google se realizan más de 3.500 millones de búsquedas diarias – han logrado la concentración de la inversión publicitaria de la que sacan una ventaja desproporcionada”.

Su conclusión nubla el horizonte de libertad: “medios de comunicación cada vez más empobrecidos… lo que reduce la amplitud de la oferta de información y opinión, que es uno de los fundamentos de la democracia”.

Dicho de otra manera  si los Google, Apple, Amazon, Facebook se limitan a ofrecer su “envoltorio” para un rápido – instantáneo – acceso a la información y opinión y eso atrae audiencia y, consiguientemente, publicidad que no paga el contenido que un profesional investigó, analizó, constató, cribó, redactó, maquetó y publicó con su firma nos enfrentamos, como dice Toobin a un “terrible estado de cosas”.

Importa el “envoltorio” que cubre el caramelo, el osito de peluche o el anillo de boda. El envoltorio – esa red visible, tangible e inmediata – se lleva la tarta publicitaria, dinero que no retorna sino en migajas al creador o al empresario de comunicación.

Algo habrá que hacer. O al final, desaparecido el papel-prensa, tendremos en la pantalla del ordenador el papel-envoltorio del caramelo virtual pero sin el dulzor de buenos textos escritos para ser amados por cerebros inteligentes y con criterio.

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Idea fuente: del papel-prensa al papel-envoltorio

Música que escucho: Don’t give up, Peter Gabriel con Kate Bush (1986)

José Ángel Domínguez Calatayud

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