Un telediario de los de ayer era el mismo que el de hace un año. El mismo que hace dos. Y el mismo que hace… Y la misma no noticia: “después de las vacaciones de agosto crecen las separaciones y los divorcios”. En el telediario de ayer hubo una leve variación: una cifra. Citando al Consejo General del Poder Judicial el locutor nos dijo que “el 30% de los divorcios en España se firman después del verano” (Antena 3, 3/08/2109).
Luego de preguntar su opinión, a gente que, comme d’habitude, no tenía siquiera formación, algún experto concluyó que la falta de conversación durante el año hace que en agosto no salgan las palabras.
Ahí le duele. Desandando el camino de una vieja y anónima máxima, el destino se construye con el carácter; el carácter se construye con los hábitos; los hábitos se construyen con los actos; los actos se construyen con las palabras y las palabras se construyen con los pensamientos.
“Vigila tus pensamientos, se convertirán en palabras» comenzaba aquella cadena de consejos.
Y tú, amiga, no entiendes que un mes de descanso, agosto, apuñale un amor. Porque has forjado un carácter y un destino. “Heroes are forged, not born”.

Desde que le conociste no has dejado de pensar en ella (y tú, mujer, en él). Día y noche. En invierno y verano. En otoño y en mayo. Era un pensamiento tan enamorado que él solo era capaz de hacer brotar palabras. “Palabras de amor”, que cantaba Joan Manuel Serrat.
Y aquellas palabras eran ya, casi en todo momento, insuficientes y se encendían en actos: llamadas por cosas tontas y a deshora; notas en la nevera; regalo de un flor; el recuerdo de un pequeño canto rodado recogido en el río de la vida. Y la música entre los dos cantada. Y renunciar a la película preferida para ver la suya. ¿Qué me dices? Pues eso, que los actos se convierten en hábitos. Y tú adquiriste la costumbre de no acostumbrarte.
Vinieron las dificultades, claro que sí: ¿dónde no? Y te pusiste en plan torero, como Enrique Ponce. “Mi abuelo me decía que hay que estar por encima de los problemas que te plantee un toro y no a merced de él, crear arte con dominio” (ABC de Sevilla, 05/08/2019 pág. 86).
Valor… y tacto.

Y eso hiciste. Y volviste a palabras envueltas en sonrisa. Sí, forzada, pero sonrisa, que ya saldría más natural y hermosa a base de fijarte no en tu dolor sino en su necesidad. Los héroes no nacen, se forjan. No hay forja sin fuego. No hay fuego sin fuelle. Una y otra vez.
El aire del alma con el oxigeno de la esperanza encendió las palabras. Luego volvieron, poco a poco, las suyas interrogándote con interés – “¿cómo te ha ido el día?”, “¡me acompañarías a…?. Renacisteis.
Agosto no tiene poderes maléficos, nuestras palabras sí benéficos. El enamoramiento nace, no se hace. Pero el amor se forja, como se forja la amistad.
Idea fuente: el orillado poder de la palabra dicha con cariño.
Música que escucho: “Palabras de amor”, Amaya & Joan Manuel Serrat (1986). El cantante barcelonés es autor de la versión original (1968). En catalán “Paraules d’amor” es muy bella. También la lanzó con Ana Belén. Con sus peculiares estilos la cantaron Rosario Flores y Alejandro Sanz.
José Ángel Domínguez Calatayud