La serie The Mandalorian, ambientada en el universo de la saga Star Wars, ha impulsado el éxito de Disney +. Iniciada la primera temporada el 12 de noviembre, en Estados Unidos arrasa, y sólo en streaming.
Además de en el guión, el mérito de este éxito hay que buscarlo en un diminuto personaje con la morfología de Yoda – el maestro Jedi – pero con los rasgos de un bebe. Ya le han apodado Baby Yoda. Su imagen conmueve aun más que el original de 900 años y aquellas sus sabias palabras: “hazlo o no lo hagas, pero no lo intentes”; “Imposible nada es. Difícil, muchas cosas son”…

En poco más de dos semanas Baby Yoda se ha ganado los corazones de los norteamericanos. De ahí – así esta el mundo hoy – extenderá en días su atractivo por el mundo de las redes y el consumo. Ya han empezado elaborarse ideas y conceptos (memes) que a la velocidad de Internet recorren el mundo virtual. Ya tiene fans. Tiene cuenta Twitter, @BabyYodaBaby, con más 47.000 seguidores. Este Viernes Negro (Black Friday) se buscarán camisetas, chapas, gorras y lo que haga falta (mejor, lo que no hace ninguna falta) del muñecón de ojos desmesurados, labios apretados y puntiagudas orejas.
El mundo está loco. Los jóvenes sobrevuelan la realidad. Los mayores están solos. Y tú y yo nos mandamos mensajes por ondas magnéticas. Todo esto es verdad. Una verdad que nos enrostra. Nos pregunta qué está pasando. Y en qué estamos pensando. Qué no hace sentirnos vivos fuera de la furia, o la rutina. O la impotencia social.
Y en esto llega Baby Yoda para decirnos que le miremos y veamos en él parte de la respuesta. Al menos la sensitiva, que es la ternura.
No es la solución a todo ni supongo que los creadores del personaje lo pretendan. Pero sí, de alguna manera, nos dicen que apretemos los labios para impedir la palabra amarga, que afilemos nuestros oídos para dejar entrar sin miedo los lamentos de los vulnerables. Y que abramos más los ojos – más, mucho más y con mejor sentimiento – para poder abrazar con el corazón a todos los amigos, al amigo del alma, a la que nunca olvidó, al que te hirió y a todo bicho viviente. Somos espíritus en el tiempo. Idiotas, a veces indiferentes y a veces irritados. Somos espíritus para sembrar amistad, cariño y ternura en este tiempo.

Mírale a la cara: no te avergüences de ser humano y no Jedi. Déjale que crezca su sabiduría y acaso Baby Yoda te repita aquello que dijo Yoda: “Las armas no ganan batallas. Tu mente, poderosa ella es”.
Idea fuente: la solución es la amistad; la ternura es una de sus entradas
Música que escucho: Some Say, Nea (2019)
José Ángel Domínguez Calatayud