El día que nació el Amor

Tarde de Navidad. La casa a esta hora respira sosiego. Es un grato sopor. Ya no se oyen los alegres gritos de los niños al abrir los regalos. Algo lejanos parecen ya los villancicos de la  Nochebuena. En silencio se han convertido las animadas conversaciones alrededor de la mesa de Navidad. La tele está apagada. La luz casi también. Una bandeja con turrón, peladillas y mazapán me habla al oído (“cómeme, cómeme”), pero no le hago caso… ya está bien. En el ordenador sí suena una lista de Spotify de canción antigua que parece nueva al rememorar Navidades que están permanentes en el recuerdo.

Lo que resta de la tarde de Navidad

En un momento suena Andy Williams – sí, “aquel” Andy Williams –: “Speak Softly Love”, tema de amor de “El Padrino”. Efectivamente es un poco un paso más allá de las canciones acarameladas: es el umbral exacto de la música “atocinodecielada”: saturación de dulzor en notas musicales. Vamos, que si bajo la guardia se me cuelan en el despacho donde escribo Connie Francis y su  “Solamente Una Vez”, o Anita Kerr  y la inolvidable “Welcome to My World”.

Sin embargo, sí se me ha colado por la puerta de Internet “Where Do I Begin”, tema de amor del film “Love Story” (Arthur Hiller, 1970, Óscar a la Mejor banda sonora original y 7 nominaciones).

Un disco oficial de esa canción con la fotografía de los dos protagonistas viene acompañado de una lema en cursiva, como escrito por la mano de una enamorada a su chico: “Love means never having to say you’re sorry”, “amor significa no tener que decir nunca lo siento”.

Photo by jesse williams on Unsplash

Primero, no estoy seguro de haberlo traducido bien. De estar bien traducido, lo segundo es que cuando se ama hay que decir “perdona” tantas veces como se haya causado daño. No importa llevar razón, como que no lleve una herida la persona amada. Una sonrisa o un gesto con los ojos puede ser suficiente si así los dos lo entienden.

Pero hay otra razonable visión: los dos protagonistas: Oliver Barrett (Ryan O’Neal) y Jenny (Ali MacGraw) emplean la frase “Love means never having to say you’re sorry” en dos momentos de lágrimas de la película y precisamente con un sentido de aclaración: cuando hay cariño el fin, la entrañable intención de fondo, ha limpiado de ofensa lo que habría sonado hiriente fuera de ese sentimiento.

Escribo la tarde de Navidad. Dios se ha hecho Hombre. El Verbo se ha hecho carne. ¿Qué Verbo? Pues el Verbo “amar”. Es el día que nació el Amor que comprende el perdón, que llama a que nos deseemos felicidad, que quiere que perdonemos al otro. O que no necesitemos ni que nos pida perdón, porque al amarlo de corazón, pongamos en sus labios nuestro índice y le digamos con nuestra mirada “amor significa no tener que decir nunca lo siento”. No necesito que me pidas perdón porque en mi corazón ya estabas sin ofensa en toda tu hermosura y ahí sigues mi amigo, mi amiga del alma.

Idea fuente: perdonar es innecesario a condición de que se ame sin límite

Música que escucho: «Speak Softly Love«, Andy Williams (1970), tema de amor de la película “El Padrino”.

José Ángel Dominguez Calatayud

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