Sabemos dónde estás; sabemos lo que haces

En 1997 se estrenó en Estados Unidos la película de Jim Gillespie “Sé lo que hicisteis el último verano”. Fue éxito de taquilla, no de crítica. Su guión se debe a Kevin Williamson autor también del de “Scream”. Ésta metía más miedo.

El caso que es los chicos no pudieron mantener oculto lo que hicieron con la muerte de un hombre y el modo de hacer desaparecer el cadáver. Alguien conocía lo qué pasó y dónde estaban en un verano ya pasado.

Sé lo que hicisteis el último verano

Parece aterrador, pero menos: es ficción y de hace tiempo. Lo que nos puede preocupar es algo más real y actual que conocíamos o intuíamos: “Facebook reconoce que sabe la ubicación de sus usuarios aunque estos desactiven la geolocalización” (La Vanguardia, Actualizado  18/1 2/2019 19:53).

Personalmente no sé si es más preocupante el hecho mismo o que Facebook se jacte ante el Senado de los Estados Unidos de que eso le parece maravilloso: «la empresa cree que lo que hace es legítimo porque le permite filtrar la publicidad que muestra”.

La desfachatez del subdirector de privacidad de la compañía, Rob Sherman, que ha respondido por carta a los senadores Christopher Coons y Josh Hawley, es del mejor estilo del hampa: tiene tres sistemas para deducir la ubicación de un usuario, incluso si éste ha desactivado los servicios de ubicación:

1.- La declaración del propio usuario cuando es él quien anuncia en la red que asiste a un acto o a un espectáculo en una ciudad.

2.- El registro en un establecimiento o la conversación por la red con otros usuarios.

3.- Por la dirección IP del dispositivo que usa, aunque haya desactivado el seguimiento de su dispositivo.

Ciertamente la culpa es de quién es, pero no me negaran que según los dos primeros puntos, los usuarios actuamos cómo colaboradores necesarios.

Geolocalizados

Y somos necesarios para que les funcione esa parte del negocio llamada publicidad. Volvamos a Sherman y el cinismo mercante: “por necesidad, prácticamente todos los anuncios en Facebook están orientados según la ubicación”. Eso es: usted recibirá el anuncio en donde esté, aunque ha pedido que no le sigan allá donde va.

A Facebook sólo le falta decir que lo suyo es una obra benéfica ya que está adelantando el cumplimiento de la advertencia evangélica (Mc. 4, 22) “nada hay oculto que no vaya a saberse, ni secreto que no acabe por hacerse público”.

Así que los chicos de Mark Zuckerberg tienen su propia película: “Sabemos dónde estás y lo que haces”.

La segunda parte, aunque no queramos creerlo, ya está estrenada: “vas a hacer lo que yo te diga. Y lo sabes”. Hacer aquí es comprar, opinar, votar lo que tú crees que tú quieres. Vale, pero nosotros hemos querido antes por ti; no te canses, te hemos seguido y ya hemos decidido lo que tú vas a decidir. No puedes apagarnos.

He dado un paseo hasta el muelle. Es de noche y he dejado que el viento del norte me recuerde que tengo una intimidad compartida con quien quiero. Y punto.

Idea fuente: más allá de la privacidad, cerco a la intimidad

Música que escucho: I’m always watching you, Peter Cincotti (2007)

José Ángel Domínguez Calatayud

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