Donar es la expresión material del altruismo. Puede donarse dinero, cosas o tiempo. También la vida. En estas sufridas jornadas en que las horas vuelan y baten sus minutos matando ilusiones y vidas, estamos asistiendo a muchos actos solidarios. No deseo llamarlos gestos, como si esas entregas no tuvieran entrañas, como si carecieran de alma humana o fueran mera bambalina.
Leemos en la prensa o escuchamos en los telediarios noticias de costureras tejiendo mascarillas, pizzerías que llevan sus redondos productos a médicos y enfermeras. Y los aplausos. Y las cartas a pacientes de la UCI. Todo vale. Y vale mucho. No tanto por la cantidad de alivio físico, que también, sino por la carga de humanidad que llevan. El altruismo está hecho de zumo de humanidad.
Recuerdo que en la factoría Renault de Sevilla hubo hace algunos años un accidente. Una máquina cogió el brazo a un trabajador. En cuanto fui a verle al hospital, pude comprobar que el altruismo había funcionado a tope: allí, junto a la atención profesional, estaban su encargado, algunos compañeros y, con ellos, el director. Humanidad en estado de normalidad. Corazón en poesía práctica.
Constaté, una vez más, que la persona está en el centro de atención. Eso era la cara reactiva. Pero desde el punto de vista preventivo la factoría estaba equipada con los equipos de protección requeridos para cada puesto. Dos auditorias de condiciones de trabajo – una interna y otra externa – se programan anualmente. Nada se deja al azar, nada, desde los proyectos al día a día.
Con 1300 trabajadores y una capacidad para hacer un millón de cajas de velocidades ha deseado siempre y ha puesto los medios para estar en vanguardia de la protección de las personas y la promoción de las mujeres y los hombres de su plantilla.

Leo en la prensa de hoy, y no me sorprende, que esta vez ha donado al sevillano Hospital de la Macarena “2.500 mascarillas, 300 batas y todo su stock de gafas de protección”. Darían más si lo tuvieran, porque es una constante de su historia un pensamiento altruista y acciones de mejora.
Esas mascarillas, batas y gafas, no son mascarillas, batas ni gafas son, tres ramos como tres sonoros poemas de patriotismo, cariño y entrega.
Y como de empresa de origen francés se trata y es el Día Mundial de la Poesía, hasta en la Maison Mère estarán de acuerdo que algo de poema tiene esta donación. Ya dijo André Chénier en su Elegía XXI que “L’art ne fait que de verse, le cœur seul est poète”. Únicamente el corazón es poeta.
Idea fuente: una donación de productos de la factoría sevillana de Renault para atajar la pandemia.
Música que escucho: Je l’aime a mourir, Francis Cabrel, (1979)
José Ángel Domínguez Calatayud
4 respuestas a De qué materia está hecho el altruismo