Llegaste cuando no te esperaba, azahar

4 horas y 50 minutos del uso horario peninsular español del próximo 20 de marzo. Esa era la hora en que tendrías que haber llegado. No es una cifra cabalística. Son los datos científicos de los sabios meteorólogos.

Sin embargo, Primavera de Sevilla, llegaste como un enigma cuando no te esperaba. Te adelantas más de un semana. Son diez días de pre-estación. Si hay pre-cuelas habrá pre-estaciones, digo yo.

azahar eres primavera

Porque el relato de tu vida ha venido precedido de primeros síntomas, anuncio de que ya estabas al llegar. Pero, ¿puede tener uno hecho el cuerpo a esos signos? ¿No  estamos en pleno cambio climático? ¿No lo hemos estado siempre desde que la tierra es tierra y, por tanto, materia y, por tanto también, mudable por naturaleza?

Naturaleza, de tejas para abajo, es el nombre de las cosas materiales, es decir, las que se corrompen, mudan y desaparecen. Lo que es apto para la muerte se denomina Naturaleza. Sólo es durable y permanente lo que no es material y por tanto no compuesto. Literalmente, se descompone lo que tiene componentes.

Vuelvo a ti Primavera. Nos llovieron hace poco lluvias copiosas, torrenciales, pero duraron breves días. Primer aviso. Las primeras aves migratorias llegaron unos días antes de lo acostumbrado: segundo aviso.

Y de pronto viento suave de Sur. Y luego calma con altas presiones. Era la aventajada dulzura de tu aliento. Aromas que nos templaron la sangre.

Y esa sangre ha comenzado a hervir hoy sonando a Rubén Darío: el viento lleva esencia sutil de azahar;/yo siento/en el alma una alondra cantar”. Los naranjos, cuajados de flores, reían al ver mi cara de sorpresa al contemplarles: tienen cubierto su verde del estrenado manto blanco del azahar.

He tomado una de esa flores blancas entre mis dedos. La he llevado a la nariz y he aspirado su penetrante aroma. Fascinación en los ojos y en el olfato. Y, como decía ayer, estremecimiento de la memoria. Estamos en Cuaresma y sus plazas han sido ocupadas por el placer estético de su Semana Santa.

Venido del Norte hace tantos años, la memoria ha dibujado ante los ojos de mi espíritu aquella primera vez que, esperando la llegada de un paso, se entremezclaron en el aire los tres olores: mi colonia, el incienso y el azahar: primavera en el pelo. He recordado hasta la camisa que vestía entonces, y la música y todos los elementos de un escenario de fervor, amor y piedad.

Así pasa con la propia biografía: cuando menos lo esperas se ponen ante tus ojos bienes que pocos entenderían hasta el fondo. No se trata de no esperar. Al contrario se trata de esperanza, de hacer las cosas que hay que hacer y abrir los brazos.

La supervivencia entonces llega por la adaptación. El progreso llega por no renunciar ni a los propios códigos, ni a los principios y, simultáneamente, vivirlos en la realidad tal y como viene.

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Por eso me cubro de primavera desde este momento y aspiro el azahar. Canto, miro al cielo y me alegro de lo que no tiene remedio porque nunca lo tuvo. Primavera eres azahar, eres la estación primera. Eres la esperada.

Idea fuente: contemplando una rama llena de azahar

Música que escucho: Primaveras en el Pelo, El Arrebato, Miguel Poveda (2019)

José Ángel Domínguez Calatayud

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