En los límites nos movemos. Siempre. Fuera de ellos no hay movimientos. O sí. Las restricciones son, en otro sentido, una oportunidad.
En pleno confinamiento crece el comercio “on line”. Se están multiplicando las ventas en línea. Y se quiere llegar a hacer la entrega de la manera más sostenible y, en la medida de lo posible, más a gusto del destinatario.
Así ha nacido un envase para vinos que tiene las dimensiones que caben en el buzón doméstico más común en el Reino Unido. La firma británica Garçon Wine ha creado la primera botella “plana” de vino del mundo. El propósito es el dicho, llegar mejor al destino.

«Inventamos una botella plana de vino que cabía en la mayoría de los buzones del Reino Unido y era ligera, fuerte y ecológica», dijo Santiago Navarro, director ejecutivo y cofundador de Garçon Wines. “Hoy tenemos una situación muy diferente, donde el vino buzón tiene una mayor demanda que nunca” («Post modern: letterbox-shaped products come into their own», The Guardian, 16/10/2020).
Ya le han salido imitadores en otros sectores; Bloom & Wild y Flying Flowers envían sus flores en paquetes que caben en el buzón. La marca gourmet envasa sus Harrogate en cajas aptas para echarse en el buzón. Lo mismo la ropa de Smol y otros cuantos productos van por ese camino.
Y es que en sólo cuatro semanas de marzo los envíos on line ha pasado de 200.000 millones libras a 1.2 millones de libras. ¿Será ésta una de las líneas del cambio a la nueva normalidad?
Adaptarse es la consigna. Y es un arte. Lo mismo hace el pintor cuando procura constreñir a los margen del rectángulo del lienzo la belleza imaginada. Y el escultor, en su pelea para extraer toda la expresión del sólo bloque de mármol que le es dado. ¿Y qué decir del escritor?
Las palabras son vehículos y te permiten circular. Pero también te frenan cuando no encuentras cómo expresar el concepto. También te atan la mente cuando tratan con sentimientos para los que, literalmente, no encuentras palabras.
Son momentos de hermosa tensión para dominar los límites del destino. Quizás ahí están las sendas del progreso, el lugar de las preguntas para avanzar, el acicate para hacernos mejores. La anatomía humana – vamos a pensarlo – no tiene las palmas de las manos hacia arriba en actitud de pedir, sino vueltas hacia la tarea: Homo Faber.
También ese deseo arduo de llevar el destino más allá de los límites está presente en el lenguaje del amor. Ahí valen las palabras para un poco. Un poco necesario, pero llega un momento de exaltación, que sólo la mirada habilita para compartir el designio común.

No se sabe por qué, pero pasado el tiempo quedan muy pocas palabras en el recuerdo. En cambio, quedan, grabadas a fuego, las miradas que cupieron en el buzón del corazón, planas y ardientes para seguir inventando bienes para el ser amado. La edad se adapta a los límites de un nuevo destino.
Idea fuente: la creatividad de nuevos envases para vinos en Reino Unido
Música que escucho: Ho Amato Tutto, Tosca (2019)
José Ángel Domínguez Calatayud