Amainan los aplausos. Mas de setenta días de homenaje a los que han permanecido sumergidos en el dolor y angustia de la pandemia ceca de enfermos, familiares y amigos. Homenaje rendido a los que no se han rendido. Pagasteis con vuestra vida muchos de vosotros. Y ahora, que no suene a reproche, se apagan los vítores porque vuelven las aguas cerca de sus cauces.
Gracias amigos: que bien los habéis hecho.
Y en los días que sobrevienen. duros todavía y más en otras materias, que bueno es recordar que puede más el que quiere que el que puede.

Por eso, sin salir al balcón, paseemos nuestra sonrisa para aplaudir sin ruido a profesoras, padres, abuelos, amigos que afrontamos la normalidad. No queremos que sea nueva: nos basta que sea normal, es decir de trabajo, cariño, cerveza, copla si estamos de fiesta y consuelo si nos aqueja un dolor.
Vamos, ¡ea! que no es ya camino el que dejamos atrás.
Idea fuente: ¿Tu normalidad? ¿Mi normalidad?: la normalidad, ¡y vamos juntos a buscarla!
Música que escucho: High, Lighthouse Family (1997)
José Ángel Domínguez Calatayud